Corría el año 1914, razones
prácticas llevaron a los esposos Escarràz a aceptar la construcción de una
industria azucarera en sus boscosas tierras. Una única condición: la naciente
empresa llevaría el nombre de la anfitriona: Elia.
En febrero del mismo año la
compañía Francisco Sugar Company comenzaría las acciones de construcción en la
entonces zona sureña del Camagüey. Las maquinarias e instrumentos de tecnología
norteamericana fueron trasladados por vía férrea hasta Santa Lucía (Elia), los
obreros calificados en su implementación provenían de otras partes del país y
se establecieron en la zona para formarse como especialistas con el tiempo y
las largas jornadas.
La industria abrió ofertas
de trabajo a emigrantes cubanos y extranjeros en los preludios de un escenario
económico incierto con el inicio de la Primera Guerra
mundial. Surge el Batey y ubicadas en la parte sudeste del Ingenio, tendrían su
lugar fastuosas viviendas de madera al estilo arquitectónico americano,
cimentadas sobre puntales, paredes de doble forro y cubierta de teja francesa.
Junto a esas desahogadas residencias destinadas a los dueños, personales
administrativos y jefes del ingenio, quedó construida la primera calle del
pueblo: “Los Cocos”. Años después quedaría inmortalizada la fecha del inicio de
zafra como día inaugural del poblado.