A sus 26
años, Yeilis Guerra Mora, residente en el municipio de Colombia, en Las Tunas, sostiene con ímpetu imparable la causa de los
Cinco. Una lucha que ha calado en su historia personal, en su carácter y su
convicción de joven cubana. Siente a Ramón hoy como un padre y reconoce la
ternura innata de una personalidad optimista en la pluma de Gerardo.
“La primera carta vino a nombre de Luis
Medina, en el sello la bandera de Estados Unidos. Mi abuela, la persona más
importante de mi vida, la recibió y la guardó con recelo durante días, bajo el
cojincito de la silla donde siempre estaba sentada. ¡No era normal que una
carta del exterior, de un hombre desconocido le llegara a su niña!”
La historia hoy causa en quienes la
escuchan una innegable sonrisa de nostalgia. La abuela de Yeilis ya no está
físicamente en su sillón de las tardes, pero en esta historia de lejanías
familiares y condenas injustificadas, ella tuvo parte, incluso, con su puño y
letra cuando, una vez aclarado el incidente, decidió escribirle desde su
inspiración al nuevo amigo de su nieta.
“¡Llevaba un año y medio esperando
esa carta!”, comenta Yeilis, “anteriormente le escribía con el nombre de Ramón
Labañino y al retorno decían que ese prisionero no estaba en la institución”.
Una extensa búsqueda la llevó al ICAP donde descubrió que Daniel Medina era la
identidad con la que el Héroe cubano
ingresó al país norteamericano.