Adalberto Domínguez es uno de esos
hombres que desde el año 1980,
ha entregado horas extras y pasión al teatro desde la
perspectiva no profesional. “Comencé con la obra de teatro: ¡El 24 se rompe el
corojo!, he trabajado en distintas obras creadas en la Casa de la Cultura local, entre
ellas: La esquina de los concejales. También he participado en distintas
actividades aquí en el municipio y en cuatro eventos provinciales de teatro”.
El reconocimiento popular es uno de
sus mayores premios, comenta. Su presencia en eventos municipales y escenarios
de base como las escuelas y el Cine Teatro Tana, enriquecen la obra sencilla y
digna que profesa como artista aficionado.
“Participé en el evento provincial
de teatro Paco Pérez, con dos obras: El camino de la loma, que cogió mención y
El muerto, con esta ultima alcanzamos primer lugar y particularmente obtuve el
galardón de mejor actuación masculina”.
Pertenece al grupo mixto de personas
con discapacidad (ANSOC y ACLIFIM): Contrapunto y ha laborado durante más de 30
años en el Ministerio de Educación. A sus 58 años de vida, asegura sentir un
orgullo incalculable por los logros alcanzados como simple artista local, como
hombre del teatro cubano y tunero, a cuya grandeza se debe.
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