Entre las tareas estratégicas para
el aumento de la productividad en el territorio se encuentran la siembra de dos
mil 417 hectáreas
de caña cada año que garanticen la reposición de la sepa actual y la
incorporación de nueve mil 329 hectáreas de tierras a la producción.
“La siembra de primavera que comenzó
el primero de enero pondrá su límite el 30 de junio con las metas cumplidas”
asegura Jorge Luis Rodríguez Roque, director de la Unidad Empresarial
Básica de Atención a Productores.
“El plan es de dos mil hectáreas y
ya tenemos sembradas mil 441, es decir, nos van faltando poco más de 500 hectáreas. Para
culminar el mes con éxito es necesario sembrar 40 hectáreas diarias
como promedio y estamos sobrecumpliendo ese estimado” argumenta.
Cada calendario se incorpora áreas
vacías a la producción. “Este año vamos a añadir dos mil hectáreas ociosas al
fondo de la producción cañera. En esta campaña que estamos culminando se
sumaron unas mil 500
hectáreas, en la campaña de frío tendremos a nuestro
favor otras 500”
afirma el director.
Acerca de los recursos disponibles
para el empeño del sector -que guiará a la provincia al recate de uno de sus
centrales más rentables, el Colombia- comenta:
“Hay recursos técnicos para enfrentar todos
los planes. Dentro del programa de desarrollo el país ha contribuido con la
entrega de tractores e implementos. En los almacenes tenemos los productos
químicos necesarios: herbicida, fertilizantes y el combustible para los equipos.
El cumplimiento solo depende del esfuerzo de los trabajadores”.
Mientras culmina el periodo de
siembra, se aprovechan las lluvias de junio para aumentar la producción alimentaria
desde las unidades. “La zafra se extendió y nos obligó a consumir más alimento
del planificado. Ahora tenemos la meta de sembrar más y prepararnos para
mejorar la alimentación de los trabajadores en la próxima campaña y zafra”.
El compromiso de los trabajadores
cañeros se centra en alcanzar altos rendimientos en la producción y calidad de
la plantación. Para lograr ese propósito se plantean el objetivo de mantener la
totalidad de las cepas limpias con un máximo de población, reducir el área
quemada en un 90 por ciento y disminuir al 14 las demoliciones de áreas.
Así, el desarrollo de las metas se
basan en el trabajo disciplinado en la cosecha de caña, por frente de corte,
con la calidad que exige el momento, garantizando la asistencia a cada jornada
y estimulando la eficacia de cada labor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario