martes, 22 de enero de 2013

Un pueblo muy viejo con unas alas enormes

Experiencias que se compilan, rostros sin nombre, gente de pueblo… la simpleza épica de una geografía sur…  

Crecí entre las calles polvorientas de una geografía sur que jugaba a sobrevivir. Las políticas opresivas contra Cuba, las crisis mundiales, década del 90´…todo se veía con perspectiva diferente en los amaneceres de un pueblito escaso.
De pronto su gente empezó a sembrar e innovar, a estudiar en una universidad, duró más de seis horas la electricidad…cumplió, sobrecumplió y cerró el central azucarero… en torno le crecieron casas, calles, trabajos, escuelas y esperanzas…
Nadie entiende el misterio que me lleva a amar con delirio este pedacito de tierra discreta… el olor del pan recién horneado en la mañana, los niños que marchan sonrientes hacia sus escuelas, el buenos días en la calle, el sorbo de café junto al vecino… la sencillez de caminar por los barrios con la brisa en el rostro, con la certeza de encontrar en cada esquina a alguien conocido…
Sencillamente, defiendo y soy de esta tierra de titanes escondidos tras el ajetreo cotidiano…de mujeres cubanísimas, Marianas de este tiempo…
Porque en la gente de un pueblo descansa su memoria… porque de las pequeñas cosas nacen los más grandes sueños.