
En cada asentamiento tunero se combaten los malos hábitos y la inconsciencia relacionados con la formación de microvertederos, la crecida de maleza en los solares yermos, así como el
estancamiento del agua, por solo citar algunos ejemplos nocivos.
Las enfermedades respiratorias y
diarreicas agudas son males propios del cambio climático de estos meses, de ahí
la necesidad del trabajo profiláctico con los sectores más vulnerables: niños y
ancianos.

Aquellos sectores implicados deberán
poner todo su empeño en contribuir a la limpieza de fosas, recogida de desechos
sólidos, reparto de agua potable en los ciclos acordados y con total
eficiencia. A su vez, el personal de la salud tiene el compromiso de hacer las
pesquisas en lugares de alta incidencia de focalidad. El enfrentamiento a las
enfermedades epidémicas es una tarea de todos y depende del sistema de
higienización que sostenga la comunidad.
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