lunes, 17 de junio de 2013

Deportista y mujer cubana, siempre


Hoy no puede más que sentirse orgullosa de ser una mujer de esta tierra, de haber hecho realidad sueños quiméricos y disfrutar con apacible humildad, de la enseñanza a las nuevas generaciones. Cuando Nancy Rodríguez, deportista de alto rendimiento en el municipio de Colombia, un día sin más, acariciara el primer lugar en un evento nacional de Recreación Turística, sería la carrera de orientación la que le despertara su verdadera pasión.
“Me fui adentrando en esta actividad, conociendo los parajes más intrincados de nuestra naturaleza y de países extranjeros, con el desarrollo de un don innato para orientarme fácil y rápido.” El deporte de orientación combina de manera perfecta el esfuerzo físico y mental. Sus practicantes se desplazan principalmente corriendo o caminando, solos o en compañía. Mientras se trasladan van leyendo un plano con ayuda de una brújula que les indica la ruta a seguir en un escenario campestre, venciendo obstáculos naturales y creados por el hombre.
“Para una mujer es muy fuerte la vivencia –advierte- aun cuando para nosotras no exista obstáculo demasiado grande”. Cursó la Licenciatura en el Instituto Superior de Cultura Física (ISCF) Manuel Fajardo de Ciudad de la Habana, en el año del nacimiento de esa especialidad y cuando en 1981 se realiza la primera Preselección Nacional de este deporte a participar en una lid internacional: la Copa de Bulgaria, resulta la única fémina elegida.
Pero sería 1982 el año de mayor satisfacción personal al resultar atleta femenina más destacada en el primer encuentro Universitario de (RT) desarrollado en playa Las Coloradas e integrante del equipo Nacional que participara en la Copa de Países Socialistas de Hungría, Copa Bulgaria y la OSTER OL, en Alemania. Después de integrar las tres preselecciones alcanzó su Licenciatura en Cultura Física. Su regreso a la selección nacional sería reiterativo en los siguientes años, alcanzando primeros lugares internacionales. Participa en Suecia, en la Copa universitaria en Checoslovaquia y entrenó al equipo de Las Tunas en el primer campeonato nacional infantil desarrollado en Cuba, donde alcanzaran el primer y segundo lugar.
“En el año 1988 el campeonato nacional de la provincia de Las Tunas es mi última participación en competencia oficial como atleta activa pues me dedico a la hermosa tarea de ser madre. A la vez me vinculé como profesora de recreación y docente de los cursos emergentes.” Pero su retiro de las carreras estuvo matizado por la incorporación al sector deportivo, resultando miembro activo de la Comisión de Atención al Atleta en su localidad. En el año 2003 y 2004 fue seleccionada atleta retirada de mayor reconocimiento en el municipio sur tunero.
Y en total confidencia femenina confiesa: “En el año 2005 fui operada de una neoplasia de mama. Una etapa muy difícil de mi vida que superé física y psicológicamente gracias a la fuerza educativa, la autoestima y el altruismo adquiridos en la práctica del deporte. Nunca me desprenderé de esta pasión. Por el desarrollo de mi formación y fruto de esta hermosa Revolución cubana, he disfrutado de todos los derechos de ser mujer, he podido prepararme física, profesionalmente y más que eso, extenderlo a las nuevas generaciones.”

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