lunes, 2 de febrero de 2015

Con voluntad de desarrollo



La innovación acompaña cada faceta de la vida empresarial y social en el entorno que perfeccionamos los cubanos. La Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR), ha mantenido esa esencia en casi cuatro décadas de trabajo dentro del sector laboral nacional.
En palabras de su actual presidente, Alfredo Machado López, la ANIR es el resultado de la formación de miles de obreros calificados, técnicos, ingenieros y especialistas a lo largo de la obra de la Revolución, quienes acumulan una capacidad infinita para enfrentar y resolver problemas, muchas veces soslayados por la cotidianidad y la costumbre de trabajar en condiciones de limitaciones de recursos y financieras”. 

Las Tunas cuenta con más de tres mil afiliados. Como ocurre en otras provincias, este gremio no siempre es reconocido y estimulado desde la base. Las causas comienzan en el desconocimiento general acerca de la propia asociación, su génesis, así como de las leyes y derechos que rigen el trabajo innovador.
DESDE EL PRINCIPIO
Aunque la ANIR se constituye oficialmente el ocho de octubre de 1976, tiene antecedentes muy ligados al triunfo revolucionario, cuando la fuerza creadora cubana impidió el colapso económico tras del éxodo de técnicos y especialistas hacia los Estados Unidos.
Con el comandante Ernesto Che Guevara al frente del Ministerio de Industrias, se promueven dos campañas emulativas: “Piezas de Repuesto y “Obrero Construye tu Maquinaria”, dirigidas a fortalecer la participación de los trabajadores en el mantenimiento de las fábricas en la compleja economía de la década del 60´.
Hoy no dejan de ser necesarias las medidas alternativas. Más de 50 años de bloqueo económico han mellado la estructura material, el intercambio de tecnologías, la actualización del sistema productivo, médico y sociocultural cubano. Realidad que se suple con la capacidad creadora de los trabajadores.
DÓNDE SE TUERCEN LOS CAMINOS
La Ley 38, de “Innovaciones y Racionalizaciones”, aprobada por la Asamblea Nacional del Poder Popular en 1982, rige desde entonces el funcionamiento de la ANIR, protege la autoría de los trabajos y regula la remuneración a los creadores.
Como explica Iris Lorenzo Silva, presidenta de la asociación en el territorio, esta disposición legal es desconocida en muchas instituciones. Para ello, el Buró Provincial confecciona actualmente tabloides educativos y se acerca a las entidades para impartir conferencias que instruyan en el ejercicio de la Ley.
Por otra parte, la reciente reestructuración del sistema empresarial y la reorientación de algunos sindicatos, promovieron la dejadez en núcleos locales, se disolvieron muchos comités de innovación y racionalización (CIR).
Esto, unido a la indolencia de las entidades y la deficiente política de cuadros en Las Tunas durante los últimos años, ha desviado la ruta de la organización, no así la de la avidez creadora del sector obrero.
INDETENIBLE LA  INNOVACIÓN
26 ha sido testigo de la salud que muestra actualmente la innovación, aun en sitios donde no se acostumbra tramitar las creaciones como la Empresa de Servicios Portuarios en Guayabal, municipio de Amancio.
Jorge Estrada y René Cardoso, obreros de ese centro, explican que para no detener las labores allí hay que salvar constantemente los equipos y sus piezas. Bombas de agua y alcohol, la tambora de cola, los rodamientos del lanzador de azúcar, el reductor del conductor, una máquina para pintar… múltiples son las “curas” realizadas a diario que sustituyen recursos vitales que de otra forma serían muy costosos.
Aun así, no se certifican los “inventos” y al preguntar allí a cualquier obrero si ha percibido pagos por estos conceptos, se recibe siempre la misma respuesta: “No, lo hacemos porque perder el tiempo nos afecta”.
Precisamente los municipios del sur fueron los máximos incumplidores el 2014 en cuanto a la tramitación de innovaciones. Jobabo no realizó siquiera una en todo el año, “Amancio” no llegó a la quinta parte del plan previsto y Colombia apenas superó el 30 por ciento.
Rafael Dowins Gross, cuadro no profesional que desempeña las funciones de presidente municipal en Colombia, afirma que la situación allí no responde a falta de trabajos: “Cultura tiene algunos excelentes y no ha creado su cuenta, la UEB azucarera es una potencia grande que desde que abre sus puertas está creando, pero no se cumplen las disposiciones ni se atiende al trabajador que en definitiva es la razón de ser de la ANIR. Se requiere capacitación, incorporación de los directivos de las empresas y ante todo mucha conciencia”.
ÁNIMO EMPRENDEDOR
La presidencia de la ANIR sabe que los señalados no son casos aislados. En la provincia existe potencial innovador, por eso su líder lamenta que existan ejemplos como estos y en consecuencia muchos creadores no sean parte hoy de las filas de la organización.
“A los afiliados, hay que seguirlos enamorando de la ANIR. Somos la máxima expresión de la sostenibilidad de la economía y los servicios, de ahí que todos los organismos deben estar en función de promover y dignificar la labor anirista”, recalca la directiva. La cuota de asociados, según Iris Lorenzo “una especie de termómetro que mide el funcionamiento”, pudo cumplirse en el 2014 gracias a la incorporación de nuevos integrantes, pero no es suficiente.
La primera Conferencia Nacional, celebrada en el año que recién concluye y el empeño de la actual presidencia, pueden indicar un nuevo rumbo en el andar de esta organización. Lograrlo solo será posible con la contribución de todas las empresas y organismos implicados.

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