lunes, 16 de febrero de 2015

La calidad del comercio nuestro




La calidad es una premisa de imprescindible atención en el amplio comercio de productos que se ofertan a la población. Su presencia positiva en la red productiva depende en gran medida del control interno, la gestión administrativa para lograr un ciclo activo de suministros y ante todo, el respeto a la ciudadanía como cláusula elemental de cada contrato.
El mercado agropecuario es uno de los principales escenarios donde la oferta y el precio deben obedecer a la calidad del producto. El propósito estatal de mantener un comercio activo también conlleva la necesaria variedad, como índice calificativo de este.
La dirección municipal de Acopio en Las Tunas ha tomado medidas en conjunto con la agricultura y la empresa agropecuaria, con vistas a mejorar paulatinamente la calidad y los precios. Un recorrido local en este municipio capital denotó buena presencia de granos, viandas y condimentos en varias de sus unidades, pero, el esfuerzo aun no es suficiente.
Resta emprender mecanismos para mantener equilibrados los puntos de venta. El resto de las municipalidades advierten la insuficiencia –a menudo- de variedades. Mucho camino queda por andar en el cumplimiento de las exigencias y derechos del comprador común.
Cuando el estado cubano instauró desde las localidades mercados seguros para la venta de materiales de la construcción, el pueblo celebró la oportunidad de suplir allí las necesidades habitacionales. Respecto a la calidad de estos recursos se están dando pasos positivos.
Un análisis del manual de procedimiento y contrataciones pone en el punto de mira el derecho en estas unidades de comercio, de no aceptar materiales de baja calidad. Son indicaciones que se deben cumplir los proveedores.
Ante cualquier queja de la población debe desarrollarse el proceso legal para determinar la naturaleza del error e indemnizar a la parte afectada. Activas formas de control en los contratos se hacen ineludibles en estos espacios comerciales que aunque recientes, ya cuentan con el apoyo social.
Los productos de la gastronomía sostienen la máxima de la calidad como ingrediente fundamental para aderezar el buen trato y la variedad. A pesar de las dificultades para el suministro que a principios de año atravesaron muchas unidades, la realidad apunta a una inapelable transformación en las opciones gastronómicas estatales en la provincia, a fin de perfeccionar un servicio de menor costo y alcance poblacional.
En todo caso, la calidad como principio comercial, debe estar acompañada del control administrativo y el interés siempre valido de ofertar un producto mejorado y competente.

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